Escasez de médicos: un problema en toda Europa
Listas de espera interminables, hospitales sobrecargados, personal médico enfrentando una demanda cada vez mayor: los sistemas de salud europeos se enfrentan hoy a uno de sus mayores retos. Con recursos limitados y una creciente escasez de médicos, el futuro de la atención sanitaria pública parece cada vez más incierto.
Según un informe de la Organización Mundial de la Salud, esta crisis es especialmente grave en varios países europeos. Reino Unido, Alemania, Francia, España e Italia necesitan reformas estructurales urgentes para abordar las dificultades derivadas de una gestión ineficaz y la falta de personal.
Problemas comunes
Algunas dificultades son comunes en todo el continente, así como sus causas. La pandemia de COVID-19 bloqueó o retrasó muchos procedimientos, diagnósticos y tratamientos no urgentes, lo que agravó aún más las listas de espera. Tres años de emergencias continuas han llevado a los médicos y al personal sanitario al límite, forzándolos a trabajar en condiciones de agotamiento, con un aumento del estrés laboral y los casos de burnout. Esto ha generado un incremento de las jubilaciones anticipadas y la renuncia voluntaria de muchos profesionales. Al mismo tiempo, muchos pacientes han pospuesto las pruebas médicas importantes, lo que aumenta el riesgo de diagnósticos tardíos y tratamientos retrasados.
Además de estos factores recientes, existen problemas estructurales que afectan a muchos países de manera similar: el envejecimiento de la población y el aumento de personas con enfermedades crónicas o de sobrepeso. Mientras tanto, los gastos públicos en salud han disminuido en la mayoría de los países europeos. Aunque el número de médicos y personal sanitario ha aumentado en comparación con hace diez años, ese aumento no es suficiente para satisfacer la creciente demanda.
También se está prestando más atención a la salud mental, ya que cada vez más profesionales de la salud sufren estrés y agotamiento emocional. La escasez de médicos se vuelve aún más crítica cuando los profesionales activos deben asumir la carga de trabajo de los que han abandonado el sistema, provocando un círculo vicioso difícil de romper.

Aunque los países de Europa Occidental comparten muchos problemas, también existen particularidades en cada uno de ellos, tanto en las causas como en las soluciones.
Reino Unido
En el Reino Unido, el Brexit ha dificultado aún más la contratación de médicos y personal sanitario, lo que ha aumentado la presión sobre los hospitales. El Sistema Nacional de Salud (NHS) enfrenta una crisis sin precedentes, con una falta de personal, insuficiencia de financiación y una demanda creciente de servicios de salud. Actualmente, más de 7 millones de personas esperan tratamiento, y el sistema no puede satisfacer esta necesidad. En 2022, había aproximadamente 132,000 vacantes en el sector público, lo que pone de manifiesto las dificultades de reclutar y retener personal.

Como informó The Guardian, el fenómeno del agotamiento entre el personal sanitario es cada vez más preocupante. A pesar de las promesas del gobierno de contratar más personal y realizar reformas, la situación sigue siendo tensa y requiere medidas urgentes.
Alemania
Alemania es el país que más gasta en el sistema de salud en Europa. Sin embargo, esto no ha evitado la grave crisis que afecta a los hospitales. Las especialidades más afectadas son neurología, ginecología y anestesia, donde la falta de personal cualificado está afectando la calidad de la atención. Se estima que en los hospitales alemanes faltan alrededor de 23,000 médicos y enfermeras.

Las causas son diversas: el envejecimiento de la población aumenta la demanda de atención, especialmente en enfermedades crónicas, mientras que la formación médica es larga y muy selectiva, por lo que el aumento de nuevos profesionales no puede compensar la falta de personal. El resultado: el personal que permanece en servicio está agotado, trabaja bajo una enorme presión y sufre de estrés intenso.
Como informó Deutsche Welle, el Ministro de Salud Karl Lauterbach anunció una reforma hospitalaria que se considera «revolucionaria». El objetivo es optimizar los recursos mediante una reestructuración en tres etapas: hospitales de alta especialización, instalaciones intermedias para el tratamiento de casos menos complejos y centros pequeños para atención primaria. Una medida controvertida es el cierre de algunas instalaciones menos eficientes, lo que podría empeorar el acceso a la atención médica en áreas rurales.
Francia
En Francia, la situación también es preocupante. A pesar de que el sistema de salud consume el 12% del PIB, el 30% de la población no tiene acceso adecuado a los servicios sanitarios. Según la Ministra de Salud, Agnès Firmin Le Bodo, el 87% del territorio nacional está considerado «desierto médico«.

La distribución desigual de los profesionales de la salud agrava la situación, especialmente en áreas rurales o desfavorecidas. El problema principal radica en la jubilación masiva de médicos sin una formación suficiente de nuevos profesionales. Esto es una consecuencia directa del Numerus Clausus, que restringió el acceso a los estudios de medicina durante casi 50 años hasta 2020. Una primera solución es emplear a «asistentes médicos» para tareas administrativas, lo que libera a los médicos para centrarse en la atención a los pacientes. Todo esto ocurre en un contexto marcado por la escasez de médicos, lo que obliga al sistema a buscar soluciones alternativas para garantizar la atención.
España
El sistema de salud español también está sobrecargado. Las listas de espera siguen aumentando, lo que pone presión sobre las urgencias. Más de la mitad del personal sanitario muestra signos de agotamiento. El problema principal radica en los bajos salarios y los desequilibrios regionales, que provocan una competencia interna perjudicial. Muchos médicos y enfermeras optan por emigrar a otros países, principalmente a Suiza, Alemania o Francia.
Además de la escasez de personal, Il Post informó que en Madrid y otras regiones autónomas la falta de camas hospitalarias es tan grave que los pacientes tienen que esperar de tres a cuatro días en camillas en los pasillos de las urgencias.

Italia
En Italia, la situación es igualmente preocupante. A pesar del aumento de la demanda, muchos hospitales no son capaces de satisfacer las necesidades de los pacientes, ya que el sistema no logra atraer ni retener a profesionales cualificados. En 2022, 4,349 médicos abandonaron voluntariamente el Sistema Nacional de Salud (SSN), frente a 1,564 en 2016.
Las principales causas son las siguientes: recortes en el gasto público, salarios bajos, contratos precarios y una congelación de las contrataciones. Para compensar este déficit, el sistema recurre a la libre práctica y a los «médicos interinos», soluciones temporales y costosas que debilitan aún más al SSN.
A diferencia de la creencia generalizada, el verdadero problema no es tanto la falta de médicos, sino la incapacidad del sistema para retener a los profesionales. Las principales razones son:
- Las enfermeras italianas ganan un 19% menos que sus colegas europeas, y los médicos un 4% menos;
- El tratamiento de casos complejos y la falta de recursos hacen que las condiciones laborales sean agotadoras, lo que aumenta el riesgo de burnout;
- Casi uno de cada dos italianos ha experimentado ya servicios saturados, lo que provoca retrasos en la atención y aumenta la violencia contra el personal sanitario. Este último se convierte en el chivo expiatorio de un sistema disfuncional.
Por lo tanto, trabajar en la sanidad pública es cada vez más difícil, agotador y poco gratificante. Esto lleva a una fuga de profesionales hacia mejor remuneración, la libre práctica o al extranjero.

Conclusión
La escasez de médicos en Europa es un problema estructural, social y económico, resultado de decisiones políticas cuestionables, falta de inversión y negligencia durante años. Cada país tiene sus particularidades, pero todo el continente enfrenta la misma urgencia: actuar de inmediato.
La respuesta debe ser tanto global como específica, revisando los caminos de formación, las políticas de reclutamiento y asegurando una distribución más justa de los recursos sanitarios. Solo un enfoque coordinado y visionario podrá garantizar la sostenibilidad de los sistemas de salud y hacer frente de manera eficaz a las necesidades de los ciudadanos.
